Kuhn (1962) en su obra “La estructura de las revoluciones
científicas” El enfoque de este autor es basado en la máxima que el desarrollo
de las ciencias es a través de revoluciones estructuradas con bases en lo viejo
pero enfocadas a lo nuevo por jóvenes de la generación más reciente
desarrolladas, por cuanto, ni los éxitos o glorias del pasado garantizan que
las brechas generacionales generen nuevos paradigmas o crisis entre los
existente dado que la misma ciencia en si no puede ser estática o estable, de
aquí se observa que el territorio fértil para crear nuevas teorías es fuera del
paradigma prevaleciente, pero ¿Quién está fuera de este en la comunidad
científica?.
Si se lee a Capra (1995); en su obra “El punto crucial. Ciencia,
Sociedad y Cultura Naciente” este perfila
su enfoque a la crítica al cambio en la
investigación desde el punto de la globalidad a la generando con ello un cambio de paradigma al
reorientarse la sociedad más a la búsqueda holística del bienestar por encima
de otros modelos muy mecanicistas preexistentes, para él este logro aun está
lejos de alcanzar en muchas disciplina científicas dado que estas se limitan a
lo existente relegando lo que le es extraño (típico síntoma de resistencia del
paradigma).
Por otro lado si se lee a Madile (1998) En su obra “El hombre disperso” tenemos una
esperanza dado que la autora realiza toda una cronología critica,
alentadora de la naturaleza humana y de cómo los criterios metafísicos de lo
religioso en la historia afecto la realidad circundante de las sociedades, y la
decadencia de estos criterios dogmaticos a unos más pragmáticos, es decir
pareciese que es instinto humano siempre crear nuevos enfoques, es por ello que
la evolución del pensamiento hasta alcanzar la cúspides en sociedad más
orientados a la comunicación, al uso de técnicas relacionadas con la velocidad
de respuestas y como esta será parte importante en las actividades económicas
es el destino ineludible de la sociedad.
Como prueba de ello, Morín
y Kern (1999) en su obra “Tierra Patria” señalan que todos los actores
sociales deben y complejizar el conocimiento, recomiendan abandonar las teorías
donde este se ve por separado, restaurado la racionalidad contra la
racionalización, por cuanto esta debe de ser de apertura y conciliación con lo
real, más allá de lo lógico o lo empírico pues la misma existencia del hombre
es un misterio y este no es omnisciente como las deidades.
En fin se puede considerar que la verdadera democratización del
pensamiento requiere de una revolución paradigmática que permita al pensamiento
complejo reorganizar las estructuras del saber contra las limitaciones actualmente
existentes en la generación de nuevas teorías de la realidad.
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Buen dìa.