domingo, 3 de enero de 2016

TRASTORNO ALIMENTARIO DE RUMIACIÓN O FALTA DE DISCIPLINA AL COMER.

El DSM IV define:
La característica esencial del trastorno de rumiación es la regurgitación y nueva masticación repetidas de alimento que lleva a cabo un niño tras un período de funcionamiento normal y que dura por lo menos 1 mes (Criterio A). Hacen su aparición en la boca alimentos parcialmente digeridos sin que aparentemente se asocien a ello náuseas, arcadas, disgusto o alguna enfermedad gastrointestinal.

Entonces, el alimento es arrojado de la boca o, más frecuentemente, masticado y vuelto a deglutir. Los síntomas no se deben a una enfermedad gastrointestinal asociada ni a otra enfermedad médica (p. ej., síndrome de Sandifer, reflujo esofágico) Como se lee para la Psicología la rumiación en infantes (en adultos como síntoma de la bulimia o anorexia nerviosa) puede tener causas múltiples que deben ser determinadas por el experto, sin embargo en este escrito se dedica a diferenciarlo de los hábitos anormales alimenticios o la falta de disciplina al comer.

Los hábitos son lo que rutinariamente hacemos y en el caso de los alimenticios se transmiten de padres a hijos, del entorno y por ende la sociedad, están influidos por factores como el lugar geográfico, el clima, la vegetación, la disponibilidad de la región, costumbres y experiencias, pero también tienen que ver la capacidad de adquisición, la forma de selección y preparación de los alimentos y la manera de consumirlos (horarios, compañía).

La disciplina por su parte es el cumplimiento estricto de lo agentado y en la alimentación no es diferente, lamentablemente las familias por el modernismo, facilismo o simplemente comodidad consume lo que el mercadeo de sugiere (comida chatarra) que poco nutritivo, fácil de adquirir y muy dañino para la salud logrando de esta forma que las personas consuman comidas rápidas y su vez se las dé a sus hijos.

De aquí que el niño ya desde el vientre sea adicto a las azucares, harinas, grasas saturadas etc, seguido del aprendizaje de los padres, familiares y cercanos al hogar, pero la pregunta ¿Si el niño re engulle o rumia? ¿Será normal o anormal? Aquí debemos volver al DSM que señala: Los niños con trastorno de rumiación se muestran generalmente irritables y hambrientos entre los episodios de regurgitación. Aunque el niño parece estar hambriento e ingiere grandes cantidades de alimento, puede haber malnutrición, porque la regurgitación tiene lugar inmediatamente después de la ingestión alimentaria. Puede haber pérdida de peso, ausencia de los aumentos ponderales esperados y hasta la muerte…

Como se lee, si observa que su niño, adolescente e inclusive adulto suele rumear, vomitar con frecuencia, perdida excesiva de peso, irritabilidad en su conducta creo es momento de asistir a un Psicólogo, Medico o experto para determinar las causas, por el contrario si deseo optimizar los hábitos alimentación es momento de incorporar un poco de disciplina para el consumo de sus alimentos y los de sus hijos.


Saludos. SS.

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